ABOUT ANCIENT TIMES AND BEYOND
DEL TIEMPO
DE ÑAUPA Y MAS ALLA
Autor: Miguel Ruiz de Castilla
10 de febrero de 2018
Lima - Perú
ABSTRACT
We analyze in this article, colloquial phrases in
the Spanish language that refer to ancient times and whose semantics few can
determine. We review the different phrases in Spain and Latin America and
reflect on their meaning.
RESUMEN
Hay frases familiares que escuchamos y repetimos con
frecuencia y que, con el paso de las generaciones, llegan a formar parte de
nuestro acervo personal, familiar, cultural, social; son frases sobre las
cuales nunca solemos preguntarnos de dónde proceden, pero que las entendemos
perfectamente y las tenemos a flor de boca cuando llega la ocasión propicia de
pronunciarlas. Una de aquellas numerosas frases es la que usamos cuando
queremos referirnos a épocas muy antiguas, donde casi no se alcanza a tener
conciencia de los tiempos.
Estas frases son diversas, pero con similar o
idéntico significado y que se refieren a designar tiempos pretéritos, a algo
muy antiguo o especialmente viejo. Entre los países católicos está la muy
difundida frase, “en tiempos de
Matusalén”; en España la frase “de
tiempos de Maricastaña”; en Cuba, “del
tiempo de España”; en el Rio de la Plata, Chile, se registra la expresión “en el tiempo de ñaupa”; en el Perú, “en el tiempo de ñangué”; y en muchos
países de habla hispana, “en el año de la
pera”, “en los años de la polca”, etc. En este artículo analizaremos algunas
de estas expresiones, muchas de ellas, lamentablemente, en franco proceso de
desaparición y olvido.
PRIMEROS
INDICIOS
El sentido e intención de las expresiones
mencionadas, algunas de ellas, sobre cuya naturaleza y origen no parece haber
dudas, están suficientemente documentadas tanto en España como en América. Lo
generalmente aceptado es que la frase busca designar precisamente tiempos muy antiguos;
cuando el hablante la invoca quiere expresar algo muy antiguo, mucho antes de los
abuelos o bisabuelos, o que, no se puede precisar exactamente el año o la
época. Su origen más cercano está en la expresión muy católica “años de Matusalén” cuyo uso se
documenta tempranamente en la obra de Miguel de Cervantes, cuando en su universal
y famosa obra, pone en boca de Sancho Panza quien, en conversación con Don
Quijote, dice lo siguiente:
“Por Dios,
señor -dijo Sancho-, la isla que yo no gobernase con los años que tengo no la
gobernaré con los años de Matusalén”. (Cervantes, 1965, pág. 893)
Por otro lado, y muy similar a la frase mencionada
es la expresión “del tiempo de
Maricastaña” la cual es recogida en tres ediciones del DRAE (1884, 1925,
1992) desaparece en la edición de 2001 pero reaparece en la de 2014, esta vez como
una expresión de tipo coloquial, quizás en razón de que a partir de que en
Galicia (España) se hallaron documentos que demostraban la existencia real de
María Castaña, Maricastaña o María Cantiñeira en el siglo XIV, una precursora temprana
de las acciones de mujeres de origen campesino pero que adquieren notoriedad y
fama cuando se revelan heroicamente contra la omnipotencia del señor feudal. (Wik, 2017)
Ambas expresiones pasaron a América y tuvieron
extendida dispersión y uso durante siglos, aun cuando puede considerase como
las expresiones pioneras, sobre las cuales aparecieron otras similares y de
parecida semántica en tierras americanas.
Otra expresión parecida es “del año de la pera”, con difusión sobre todo en España, aunque se
usan con frecuencia en Sudamérica y en menor grado en Centro y Norteamérica
hispana. Sobre “del año de la pera” no
hay unanimidad de criterios respecto a su origen, persiste la especulación por
el significado de la palabra “pera”.
Algunos han identificado la mención a la fruta como una referencia a la “manzana” que Eva entregó a Adán del
árbol prohibido, sin embargo, no parece tener sustento pues no hay razón verosímil
para mencionar a una fruta en lugar de otra.
La versión más documentada es aquella que sostiene
que la expresión “del año de la pera” no
tiene origen en el idioma castellano, sino en el catalán. En Cataluña existió
un famoso bandolero llamado Perot Rocaguinarda (1582-1635) (Wik, 2017)
a quien apodaban “Perot lo lladre”
(en catalán “Perot el ladrón”) o
simplemente La Pera. Este bandolero
inspiró a Cervantes para crear en El
Quijote (segunda parte), al famoso Roque Guinart.
Otras expresiones similares, cuyo origen hasta se
ha podido fechar, son aquellas de vigencia más reciente en España, Podemos
mencionar las siguientes: “Del año de la
polca” (1844 cuando el ritmo de la polca se difundió desde Praga a toda
Europa), “del año de la nana” (nana,
enana, nanita, enanita) que se origina en 1634 en La Mancha en España, un año
de mala cosecha donde se cuenta que una moza enana salía a cantar coplas a
manera de juglar y dejó un recuerdo imborrable en las futuras generaciones.
Otras varias frases españolas son: “De
los tiempos del cólera”; “del año
catapún”; “del año en que reinó
Carolo”, etc. (Suazo Pascual, 2017)
EL GUGUANCÓ
DEL TIEMPO DE ESPAÑA
En Cuba, hay una sabrosa historia que une la frase “del tiempo de España”, equivalente y
similar al “tiempo de Maricastaña”
con el surgimiento del guaguancó,
ritmo musical típico de la famosa Isla. Lo cierto es que las más antiguas rumbas
de guaguancó, se remontan a finales
de la época colonial española en Cuba y precisamente se conocen como rumbas “del tiempo de España". Es conocido
que se trata de ritmos fundamentalmente africanos, aun cuando el guaguancó tiene sutiles influencias
españolas, especialmente en las reminiscencias flamencas y en la construcción
de las décimas campesinas en las letras. Dice uno de los intérpretes más
conocidos de este género, Mongo Santamaría, que el guaguancó surgió cuando los afro-cubanos intentaron cantar
flamenco. (Conexion Cubana, 2016)
El parecido de las palabras España y Maricastaña, en
rima consonate, pudo contribuir a que la frase “del tiempo de España” adquiriera notoriedad singular y le añadiera
mayor difusión. Sea cual fuere la razón, hay equivalencia en el sentido de las
frases, a pesar de la diferencia de épocas de su origen.
DEL TIEMPO
DE ÑAUPA
Es innegable que el idioma español recibió
prestamos lingüísticos de las lenguas precolombinas, y una de las más
importantes y difundidas en Sudamérica fue el quechua, cuyos vocablos se
incorporaron al idioma español y lo enriquecieron.
Se denominan quechuismos aquellos préstamos
lingüísticos que proceden de alguna de las variantes de la lengua quechua. La gran mayoría de los quechuismos del idioma castellano
son sustantivos relacionados con la agricultura, sobre todo nombres de
animales, plantas y productos agrícolas. (Wik, 2017) Bolivia, Chile,
Argentina, Ecuador, Colombia y Perú son los países donde el idioma quechua ha
logrado sobrevivir por más de 500 años (Los Andes, 2014)
Las expresiones “del
año de ñaupa”, “del tiempo de ñaupa”,
“en el tiempo de ñaupa”, hacen
referencia a la palabra quechua ñawpa
("antiguo"). Su uso se documenta en Argentina, Chile, Bolivia, Perú y
se entiende como arcaico, antiguo, añoso, viejo. (Wik, 2016) . Ñawpa es un adjetivo que normalmente se
antepone al sustantivo en el idioma quechua, al igual que el idioma inglés.
Curiosamente el uso de la expresión del
año de ñaupa y similares, no se registra en el Ecuador ni en Colombia, que
también tienen considerable influencia quechua.
En la Argentina persiste la locución coloquial del tiempo de ñaupa, aplicada a algo que
se considera muy antiguo o anticuado. Fue ampliamente usada por los inmigrantes
(italianos y españoles principalmente) y la aprendieron al llegar a América. La
usaron incluso los españoles por muchos años, aunque algunos prefirieron seguir
diciendo del tiempo de Maricastaña.
Hoy lamentablemente, este tipo de expresiones coloquiales se oyen ya muy poco, se
conservan en los ámbitos familiares y de gente mayor. (Castro, 2007)
En el Perú, donde el idioma quechua permanece
vigente, hay apellidos Ñaupa y Ñaupas y topónimos con la palabra ñawpa. El apellido Ñaupas, según estadísticas digitales para el año 2014, tiene presencia
y actualidad en el Perú donde además se registra la mayor incidencia y hay 457
personas que usan este apellido en el Perú y una en EEUU. (Forebears,
2014)
En cuanto a los topónimos, se puede mencionar el centro
arqueológico muy cerca de Ollantaytambo (Cusco, Perú) un enigmático santuario llamado
Ñaupa-Iglesia, con su altar pétreo de
manufactura inca clásica en medio de una gruta con techo "a dos
aguas", con escaleras de acceso y andenes que dominan un abismo. Pero el
topónimo Ñaupa-Iglesia (iglesia
antigua) tiene un temperamento mestizo muy especial, pues incorpora una palabra
castellana para describir un lugar santo prehispánico. (Ochoa B.,
2013)
DEL TIEMPO DE ÑANGUE
Por último, mencionaremos la frase “del tiempo de ñangué” cuyo origen se
pierde en la espesa bruma de los siglos. Se podría pensar que la palabra “ñangué” es una variante de palabra “ñaupa”, aunque en el Perú, donde se
registra su uso exclusivo, el quechua es aún un idioma importante y no es
verosímil que exista tal confusión de palabras.
Un conocido arqueólogo peruano, Federico Kauffmann
Doig, ha hecho referencia a una pervivencia de la palabra prehispánica “Naylamp”, deidad legendaria de las
culturas prehispánicas del norte peruano, donde precisamente el uso de la
expresión “del tiempo de ñangué” es
muy popular hasta la actualidad. “Ñangué”,
según el referido arqueólogo, sería una deformación idiomática de “Naylamp”, la divinidad fundacional de
las culturas costeras del Perú y preexistentes a la cultura Inca. No tenemos
por qué dudar de la autorizada opinión de tan renombrada autoridad en el tema,
por lo que la registramos como corresponde.
Finalmente debemos decir que, quizás nunca sepamos
las circunstancias que dan origen a las frases que en el presente artículo hemos
referido y que solemos tener siempre tan a flor de boca, sin embargo, no se
puede negar que el idioma con aquellas variantes se enriquece, potencia, adquiere
vida, color, alma. La tecnología por su lado persiste en avanzar hacia un
idioma standard, práctico y
eficiente, aspira hacia la traducción universal
sin cortapisas, un idioma que todos puedan entender y comprender. El gran
escollo en esta pretensión es la imposibilidad de compatibilizar una traducción
literal con una interpretativa, aquella que salve aquellos requiebros
idiomáticos que de improviso aparecen. Cada idioma parece darnos recurrentes
sorpresas, sin aviso previo revelan los orígenes y experiencias de los pueblos,
expresan el espíritu que nos hace únicos; parece una espontánea reacción a la impronta
globalizante y colectivista. El tiempo dirá si todo aquello que hoy nos toca
comentar, será materia de curiosidad y posterior reflexión de las nuevas
generaciones. Esperemos que así sea.
NOTA IMPORTANTE:
El
presente artículo fue publicado por el autor el 27 de diciembre de 2017 en la
ciudad de Lima (Perú), con todas las referencias bibliográficas y comentarios
adjuntos que, si bien no aparecen en esta edición digital, serán incluidas en
futuras actualizaciones de la publicación.
La reproducción de los textos de este blog, están
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